Llantos, impotencia y desesperación en la isla de Mallorca donde el fuego lleva ya casi 70 horas devastando la estribación oeste de la Serra de Tramuntana, el principal espacio natural de la isla que hace dos años la Unesco declaró Patrimonio de la Humanidad. La mayor movilización del Ejército y de los servicios de extinción vista en el archipiélago no ha conseguido controlar el avance de las llamas y al cierre de esta edición el fuego seguía descontrolado después de haber arrasado 2.000 hectáreas de alto valor ecológico y paisajístico.
El incendio va camino de convertirse en el más importante de la historia y de momento sólo le supera el de 1992 en la Serra de Artà. El monte de la Trapa, símbolo del movimiento ecologista balear, ya ha quedado reducido a cenizas y al cierre de esta edición las llamas penetraban en la Reserva Natural del Galatzó. Todo el pueblo de Estellencs tuvo que ser desalojado en la madrugada de ayer.
En las tareas de extinción participan más de 800 personas, así como 28 medios aéreos y cuatro secciones de la Unidad Militar de Emergencias desplazadas expresamente a la isla junto con medio centenar de vehículos autobomba.
El centro de control se ha instalado en el pueblo de Andratx y allí permanece desde primer momento el president del Govern, José Ramón Bauzá, coordinando todos los efectivos.
Bauzá, que no pudo contener las lágrimas al visitar las zonas devastadas, calificó ayer el incendio de «desastre ecológico». Añadió que mantenía un contacto permanente con los ministros de Agricultura y Medio ambiente, Interior y Defensa, Miguel Arias Cañete, Jorge Fernández y Pedro Morenés, respectivamente. Dijo también que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, estaba puntualmente informado y que le había ofrecido «todos los medios que fueran necesarios para atajar esta situación».
En el cielo de Palma y Andratx es constante el vuelo de los helicópteros y avionetas contra incendios que se dirigen o bien a la bahía para recoger agua del mar o al aeropuerto de Son Bonet para cargar en tierra. En las zonas afectadas todas las piscinas públicas y privadas han sido puestas a disposición de los efectivos para la utilización del agua.
La concentración de tantos medios aéreos obligó al Servicio de Emergencias a ordenar el desalojo de embarcaciones en toda la bahía para facilitar la labor de los hidroaviones. En el puerto de Palma se han concentrado muchos ciudadanos y turistas para contemplar las maniobras de los hidroaviones y aplaudir a los pilotos en reconocimiento a su incesante trabajo a lo largo de tres jornadas consecutivas. Por su parte, los vecinos del pueblo de Andratx se han volcado en colaborar con los servicios de extinción y han estado todo el domingo preparando comidas y bebidas para los agentes. Al mismo tiempo, los hoteleros de la zona están ofreciendo camas gratis a los soldados desplazados desde la Península y a los bomberos locales para que puedan descansar.
El devastador incendio se inició a las 13.00 horas del viernes por la quema de unos rastrojos en un campo o muy próximo al pueblo de Andratx. La quema, totalmente prohibida en esta época del año, se descontroló provocando el desastre. El autor ha sido imputado por la Guardia Civil, aunque no está detenido. El presidente Bauzá comentó a este respecto que «la imprudencia de una persona ha provocado que el patrimonio de todos se esté quemando».
La humareda que se extiende por la zona oeste de la isla de Mallorca da una idea de la magnitud del incendio. A media tarde de ayer el humo era perfectamente visible desde la costa de Tarragona y Barcelona.
La mayor parte de la zona quemada era pinar y en menor parte encinar. En muchos puntos eran bosques muy frondosos acompañados por importantes especies botánicas, muchas de ellas autóctonas. De lo que era una zona paradisiaca visitada y fotografiada por miles de turistas cada año, ahora sólo hay cenizas. No ha quedado ni un árbol y han desaparecido hasta los pájaros.
La única nota positiva del incendio es que de momento no hay que lamentar ninguna víctima. Sí ha habido muchos animales muertos que no han podido huir de las llamas. Los daños materiales se consideran muy cuantiosos, aunque todavía no se ha realizado ninguna valoración oficial.
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