domingo, 9 de febrero de 2014

Dimite por infringir su propia ley el ministro de Inmigración británico


El ministro de Inmigración británico, Mark Harper, dimitió ayer tras averiguar que su empleada de la limpieza estaba en el Reino Unido en situación «ilegal». 

Harper, que seguirá ejerciendo como diputado conservador, fue el artífice de una polémica y fallida campaña en la que varias furgonetas recorrían barrios periféricos de Londres con carteles que amenazaban a los sin papeles: Go Home or risk arrest (Volved a casa o arriesgaos a ser detenidos). 

El ya ex ministro no ha revelado el nombre ni la nacionalidad de su empleada de la limpieza, a la que asegura haber contratado en 2007 tras comprobar personalmente que su visado le permitía permanecer indefinidamente y trabajar en el Reino Unido. 

Hace un mes, sin embargo, en plena ofensiva contra la inmigración ilegal y tras recibir una notificación interna en la Cámara de los Comunes, decidió comprobar nuevamente su documentación y se puso en contacto con los agentes de aduanas. 

El Gobierno no tiene indicios de que el secretario de Estado supiera que su empleada estaba en situación ilegal cuando la contrató en 2007. Cuando las autoridades le confirmaron el 6 de febrero que no tenía permiso de residencia permanente en el Reino Unido, decidió presentar su renuncia. 

«Me informaron de que la empleada de la limpieza no tenía permiso para trabajar en este país y decidí poner el asunto en manos del Ministerio de Interior», informó Harper en su carta de dimisión. «Aunque siempre cumplí con la ley, considero que como responsable de inmigración debería haber puesto el listón más alto de lo que se espera del común de los británicos». 

El premier británico David Cameron aceptó su renuncia como una «decisión honorable» y expresó su confianza en seguir contando con su apoyo en la Cámara de los Comunes. Harper, de 43 años, considerado como una de las jóvenes promesas de los tories, fue sustituido sobre la marcha por también conservador James Brokenshire. 

La ministra del Interior, Theresa May, declaró por su parte que Harper ha sido «un secretario excelente» y «puede estar orgulloso del papel que ha desempeñado para reducir drásticamente la inmigración en el Reino Unido». 

Su polémica nueva ley de inmigración refuerza los controles sobre los inmigrantes y restringe sus derechos, además de penalizar a quienes contraten a personas sin papeles, como fue su caso. 

Mike Jones, al frente del Sindicato de Servicos Públicos, celebró la marcha de Harper y aseguró que había sido víctima de sus propios errores. Jones organizó una campaña reclamando la retirada de las furgonetas Go Home or risk arrest por considerarlas «racistas e intimidatorias». 

Hasta el líder del partido nacionalista UKIP, el antieuropeista Nigel Farage, un político muy populista alejado de las maneras de sus colegas de profesión, condenó la polémica campaña como una acción «despreciable».


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